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Los disturbios que se han producido en varias de las principales ciudades del país llegan después de que los controles locales del Covid se hayan incrementado, justo ahora que los chinos y el resto del mundo esperaban todo lo contrario. Y es que el Gobierno del gigante asiático se había comprometido a relajar las restricciones de forma gradual, lo que insufló esperanzas sobre una mejora de la economía, pero ahora esa promesa parece haber caído en saco roto por el rápido aumento de las infecciones.
Precisamente, este lunes el Diario del Pueblo, el periódico oficial del Partido Comunista, ha publicado en primera página un artículo de opinión en el que se hace referencia a la necesidad de hacer que los controles del Covid sean más específicos y eficaces, al tiempo que se eliminan los que deben ser eliminados.
A priori parece una buena noticia, pero lo cierto es que la ciudadanía ya está cansada de que se decreten cierres a la mínima, de que se prohíba la salida del propio domicilio o de que haya controles de circulación. Durante los tres últimos días los estudiantes han organizado protestas en muchas universidades del país, y los chinos se han organizado para salir a las calles en ciudades como Pekín, Shanghái, Wuhan y Lanzhou.
Según recoge ‘CNBC’, las manifestaciones comenzaron inicialmente en Urumqi (Xinjiang) el viernes, después de que 10 personas hubiesen fallecido a causa de un incendio en un edificio el día anterior, en una zona que había estado cerrada durante meses. Según relataron muchos ciudadanos en las redes sociales, los controles Covid impidieron a los residentes y a los trabajadores de rescate salvar vidas, y eso ha sido el detonante de las protestas.
Algunas manifestaciones se convocaron directamente para criticar la política cero Covid, pero otras surgieron de forma espontánea. Por ejemplo, el sábado en Shanghái, donde una vigilia por las muertes de Urumqi se convirtió en una protesta contra los controles Covid y el Partido Comunista de China.
Y aunque no ha quedado claro la magnitud real de las protestas en un país de 1.400 millones de habitantes, o si participó un amplio sector demográfico, sí que es significativo que los ciudadanos estén saliendo a la calle contra las estrictas restricciones que se están imponiendo en el país, y así se lo están tomando los mercados.
De hecho, se están viendo afectados (las bolsas asiáticas han registrado importantes retrocesos, el petróleo ha tocado su nivel más bajo desde enero y parece que la incertidumbre de va a contagiar a Europa y EEUU) ya que preocupa que, como dice Michael Hewson, analista jefe de mercado de CMC Markets UK, «los disturbios puedan provocar una represión más estricta por parte de las autoridades chinas como respuesta».
Stephen Innes, socio director de SPI Asset Management, habla de un «malestar atípico y creciente» en China y comenta que el grado de impacto de los disturbios en los mercados «debe verse a través de la lente de las perspectivas de reapertura». Y es que «las esperanzas de que una ligera relajación de las medidas Covid actuara como una especie de disyuntor del mercado ha dado paso a los disturbios civiles y, con ello, a los temores de que los responsables políticos de China puedan tener en sus manos otro levantamiento de la plaza de Tiananmen».
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Según Innes, el descontento social «podría aumentar en China en los próximos meses, poniendo a prueba la determinación de los responsables políticos de cumplir los mandatos del cero Covid». «Y dado que la economía china se encuentra actualmente en un tira y afloja entre el debilitamiento de los fundamentos macroeconómicos y las crecientes esperanzas de reapertura, las protestas masivas inclinarían profundamente la balanza a favor de una economía aún más débil y probablemente irían acompañadas de un aumento masivo de casos de Covid, lo que dejaría a los responsables políticos ante un dilema considerable», concluye.
Los expertos de Danske Bank remarcan que normalmente las protestas en China se dirigen a los gobiernos locales, pero una multitud en Shanghái ha cargado contra el Partido Comunista y Xi Jinping, al que pidieron su dimisión. Además, señalan que «el reto para el gobierno de China ahora es que es poco probable que pueda suavizar las normas sin que se produzca un aumento brusco de los casos y más dificultades para frenar los brotes. Parece estar más cerca de una encrucijada en la que tiene que elegir entre permitir que el virus se extienda más o aplicar restricciones más estrictas que podrían provocar aún más protestas».
Miedo a posiciones «más autoritarias» del Gobierno
Estas protestas pueden provocar que el Gobierno chino adopte posturas «más autoritarias», como señalan algunos analistas.
«Son las primeras protestas en mucho tiempo que van en contra de una política del gobierno central, y que están muy estrechamente asociadas con Xi Jinping, por lo que son increíblemente significativas. Aumentan la presión sobre Xi Jinping, y creo que probablemente lo lleve hacia un enfoque más autoritario de la gobernanza en China«, afirmó el analista Rory Green a CNBC.
El impacto de estas protestas en los mercados mundiales no se ha hecho esperar, y las acciones de la región Asia-Pacífico dieron las primeras muestras de un retroceso este lunes, con el índice Hang Seng de Hong Kong perdiendo un 1,6% para liderar las pérdidas, mientras que el Stoxx 600 paneuropeo cayó un 0,9% en Europa. En Estados Unidos, los principales índices bursátiles abrieron su cotización de este lunes con ligeras pérdidas.