La nueva subida de la inflación del IPC en junio se debió principalmente a un aumento de la inflación de los carburantes hasta el 42,3%, desde el 32,8% de mayo. La inflación de los alimentos también siguió aumentando, alcanzando el 9,8% -su tasa más alta desde marzo de 2009- desde el 8,6% de mayo. Sin embargo, es probable que el Comité de Política Monetaria dé importancia a la caída de la inflación del IPC subyacente, ya que ésta es informativa del estado subyacente de la economía y de hasta qué punto se está afianzando un entorno de inflación elevada.
El análisis de los expertos de Pantheon Macroeconomics refleja que los precios de los bienes están subiendo con menos rapidez que hace un año, aunque los precios de producción se han disparado, debido a la disminución de la demanda; el volumen de ventas al por menor en junio fue probablemente un 6% inferior al de hace un año. De hecho, la subida del 0,1% intermensual del IPC de bienes subyacente en junio fue mucho menor que el aumento del 0,8% de hace un año, aunque sigue superando su tendencia media en la década de 2010 de caer un 0,5% en junio. La tasa resultante del 6,5% de la inflación del IPC de bienes básicos en junio fue la más baja desde enero, y mucho más baja de lo que el esperaba en BoE en mayo, cuando predijo que aumentaría un poco más desde la tasa del 7,9% de marzo.
La inflación del IPC de los servicios, por su parte, aumentó hasta el 5,2% en junio, desde el 4,9% de mayo, con lo que siguió superando sustancialmente su tasa media del 3,0% en la década de 2010. Sin embargo, «estimamos que 0,6 puntos porcentuales de la tasa de inflación de los servicios de junio fueron atribuibles a las subidas del IVA para las empresas de hostelería y turismo en octubre de 2021 y abril de 2022, mientras que otros 1,7 puntos porcentuales pueden atribuirse a la respuesta de las empresas al aumento de los costes de la energía», dicen los analistas. Excluyendo estas influencias exógenas, la tasa implícita del 2,9% de la inflación «subyacente» de los servicios está en línea con su tasa media en la década de 2010, lo que sugiere que Gran Bretaña no tiene problemas con la inflación generada internamente.
El contexto actual apunta, según estos expertos a que «la tasa de inflación general del IPC parece que aumentará hasta casi el 12% en octubre. La inflación subyacente del IPC, sin embargo, seguirá una senda descendente, reduciéndose a cerca del 5,0% a finales de año y a cerca del 2,0% dentro de un año».