La devaluación de la moneda corresponde al compromiso de Egipto con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha presentado los detalles de un paquete de rescate de 3.000 millones de dólares al país, cuyas autoridades prometieron un régimen cambiario más flexible.
El organismo internacional ha expresado que cualquier intervención del banco central egipcio estará «guiada» por la necesidad de suavizar la volatilidad del mercado.
El pasado 9 de enero, el primer ministro de Egipto, Mostafa Madbouly, ordenó el aplazamiento de cualquier proyecto no iniciado que requiera divisas hasta el final del año fiscal en junio para hacer frente a la escasez de divisas y el aumento de la inflación. Además, se prohíbe a los organismos estatales negociar con moneda extranjera a menos que obtengan la aprobación del Ministerio de Finanzas en coordinación con el Banco Central de Egipto (CBE).