Dentro del Bovespa, el indicador de referencia del mercado bursátil brasileño, Petrobras y Banco do Brasil han liderado las pérdidas. En concreto, la petrolera de ha dejado un 6,85% en Sao Paulo, mientras que la institución financiera ha retrocedido un 4,3%.
Los descensos también se han reflejado en el cable dólar/real, con una depreciación del 1,4%. En este sentido, el dólar es vendido a 5,36 reales, una caída que ha sido menos acusada de lo esperado gracias a que los feriados por Año Nuevo en Estados Unidos y Reino Unido han reducido la liquidez en los mercados.
Lula da Silva ha tomado posesión como presidente de Brasil este domingo y durante su discurso de investidura reforzó su compromiso con la lucha contra la desigualdad y el hambre. Asimismo calificó las reglas fiscales actuales de «estupideces» y dijo que los bancos y empresas públicas tendrán «un papel clave» en el nuevo ciclo económico.
Estas declaraciones han sido recibidas con preocupación por parte de los inversores, que temen que las medidas que ponga en marcha el nuevo presidente disparen la inflación del país, que se situó en el 6% en noviembre, 5 décimas por debajo que la del mes anterior.
El mercado también ha recibido con escepticismo la decisión de Lula de mantener los actuales subsidios a los combustibles pese a que había dicho que los eliminaría. A este respecto, Jean Paul Prates, que se convertirá en el nuevo presidente ejecutivo de Petrobras, señaló al periódico O Globo que cambiará la política de precios de la empresa.
Del mismo modo, el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, ha contribuido al sentimiento negativo del mercado al reforzar su compromiso de presentar un nuevo plan fiscal al Congreso en la primera mitad del año, pero sin dar más detalles.
«No había nada de razonable en lo que han dicho Lula, Prates o Haddad», según ha señalado Marcelo Ornelas, gerente de cartera de Kinitro Capital, en afirmaciones recogidas por ‘Bloomberg’. «Todas las señales son malas«, ha concluido.