Al examinar las posibles medidas que se tomarían en las próximas reuniones, los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés), coincidieron en apuntar que «los aumentos en curso en el rango objetivo serían apropiados para lograr los objetivos inflacionarios». Asimismo, puntualizaron que el ritmo de las subidas dependería de los datos económicos.
«Dado que la inflación se mantenía muy por encima del objetivo del Comité, los participantes consideraron que era necesario adoptar una postura restrictiva de la política para cumplir el mandato legislativo de promover el máximo empleo y la estabilidad de precios», afirmaron.
No obstante, las actas ponen de manifiesto que algunos participantes consideraron que «a medida que la orientación de la política monetaria se endurecía aún más, probablemente sería apropiado en algún momento desacelerar el ritmo de los aumentos de las tasas de política monetaria al tiempo que se evaluaban los efectos de los ajustes acumulativos de las políticas sobre la actividad económica y la inflación».
En su consideración unánime de elevar las tasas 75 puntos básicos, los banqueros centrales analizaron los distintos datos económicos y comprobaron que el mercado laboral era muy ajustado y que la inflación estaba muy por encima del objetivo del 2%. Además, los indicadores recientes de gasto y producción se habían suavizado, mientras que, por el contrario, el aumento del empleo había sido sólido y la tasa de desempleo se había mantenido baja.
La Reserva Federal trabaja intensamente para reducir la inflación y, desde el Comité, coincidieron en que al elevar las tasas rápidamente, estaban actuando con determinación.
En la reunión de julio también hicieron referencia a la credibilidad de la institución y señalaron «que la credibilidad del Comité con respecto al retorno de la inflación al objetivo del 2%, junto con sus enérgicas medidas de política y comunicaciones, ya habían contribuido a un notable endurecimiento de las condiciones financieras que probablemente ayudaría a reducir las presiones inflacionarias al restringir la demanda agregada».
Los participantes hicieron referencia a cómo el endurecimiento monetario podría estar afectando a la economía, pero juzgaron que los posibles efectos aun no se habían sentido y que, si bien, una moderación del crecimiento económico debería apoyar el retorno de la inflación al 2%, las consecuencias todavía no eran evidentes en los datos.
La Fed reafirmó su compromiso de lograr la estabilidad de precios, pero lograr este objetivo le tomará algún tiempo. La elevada inflación se está viendo influenciada por factores no monetarios como la guerra en Ucrania y las interrupciones en la cadena de suministro, por lo que «la consolidación de las políticas podría ralentizar el ritmo del crecimiento económico», pero consideraron que el retorno de la inflación al 2% era fundamental «para lograr el máximo empleo de manera sostenida».