Noruega es uno de los principales exportadores de electricidad de Europa y envía alrededor de una quinta parte de su producción a sus vecinos, pero los bajos niveles de agua en el sur de Noruega han llevado al gobierno a actuar para garantizar el suministro de energía durante el invierno.
«Nuestro trabajo asegurar nuestro propio suministro de energía en tiempos inciertos. Debemos tener seguridad para que podamos cubrir nuestras propias necesidades ante eventos anormales e imprevistos. En la práctica, esto implicará mecanismos de control que limiten la posibilidad de exportación en caso de bajo nivel de llenado del embalse”, ha indicado el ministro.
Durante esta semana, el ministerio establecerá el marco de trabajo junto con la Dirección de Recursos Hídricos y Energía de Noruega (NVE, por sus siglas en inglés), para que el nuevo mecanismo de gestión pueda implementarse lo más rápido posible.
A medida que la crisis energética se agrava en Europa, cualquier restricción sería un duro golpe para las naciones del Viejo Continente que dependen de la energía hidroeléctrica noruega. Reino Unido se encuentra entre las naciones más dependientes de las exportaciones noruegas, y cualquier limitación aumentaría los precios ya de por sí elevados y podría obligar a National Grid Plc a utilizar su reserva estratégica de generación de carbón, según ha indicado Aurora Energy Research en una nota recogida por Bloomberg.
Aasland y el primer ministro Jonas Gahr Store han mantenido una reunión este lunes con los líderes parlamentarios para informarles sobre la situación del mercado de energía y es posible que el parlamento deba regresar de sus vacaciones de verano para abordar el problema.
Noruega no es un país miembro de la Unión Europea, pero sí forma parte del mercado único de energía de Europa, cuyas reglas establecen que los países no pueden frenar los flujos al resto de países durante períodos prolongados. Los recortes solo se permitirían si se declara una situación de emergencia.
Noruega obtiene casi toda su electricidad de sus recursos hídricos. Pero después de una primavera seca, los embalses hidroeléctricos en el área más afectada se ubican en 49,3%, en comparación con la media del 74,9% durante el período 2000-19.
No obstante, la cantidad de agua en los embalses ha experimentado una ligera mejoría con respecto a los pronósticos realizados por las autoridades al comienzo del otoño, por lo que la probabilidad de necesitar racionamiento de electricidad en el invierno es «baja», según los cálculos realizados por regulador NVE.