Destacan la fuerte recuperación de los prestamos y el fortalecimiento de los diferenciales aportaron una mejora superior a la prevista. Además, esperan que en Latinoamérica se fortalezcan los márgenes en medio del endurecimiento monetario. Por otra parte, los analistas advierten sobre la exposición del banco a Turquía, donde la persistente inflación podría traducirse en ajustes mayores a los previstos en la posición monetaria de la filial.
Como detallan en un informe, en el segundo trimestre de 2022, la ventaja de México superó las presiones turcas. «Ya esperábamos una perspectiva más alentadora para Latinoamérica, particularmente para México, donde vimos un crecimiento de NII respaldando la línea superior del grupo. Sin embargo, la fuerte recuperación del crecimiento de los préstamos y el fortalecimiento de los diferenciales de los clientes generaron una subida mucho mayor de lo previsto», explican.
Por su parte, creen que las presiones de Turquía fueron más que compensadas por el nuevo impulso de ganancias en Latinoamérica. «Ahora incorporamos un mayor crecimiento de la línea superior que impulsa aumentos de 15/10% en nuestras estimaciones de EPS para 2022 y 2023-2024, respectivamente. Sin embargo, seguimos señalando una visibilidad limitada para las perspectivas de Turquía y aumentamos nuestro coste de capital para el país en línea con el coste de capital implícito del mercado para Garanti», añaden.
En Latinoamérica, Credit Suisse espera un mayor fortalecimiento de los márgenes en medio de un endurecimiento monetario en todos los países. «En Europa, nuestros economistas ahora pronostican aumentos de 175 puntos básicos y 25 puntos en 2022 y 2023, respectivamente».
En cuanto a los catalizadores y riesgos, señalan que, «si bien damos la bienvenida al cambio de tendencia en el resultado final de México, un posible deterioro en la calidad de los activos a medida que continúan las alzas de tasas podría obstaculizar un poco la contribución del país al resultado final del grupo. Además, nos mantenemos cautelosos sobre la exposición del banco a Turquía, donde la inflación persistente podría traducirse en ajustes mayores a los esperados en la posición monetaria neta de la subsidiaria».