“No se puede permitir a un Tribunal Supremo fuera de control que restrinja las libertades”, ha dicho el mandatario en una comparecencia desde la Casa Blanca. Acompañado de la vicepresidenta Kamala Harris, y el secretario de Salud, Xavier Becerra, el presidente ha calificado el fallo de «extremo» y «totalmente incorrecto«.
La orden ejecutiva que ha firmado el presidente este viernes permitirá que Xavier Becerra, secretario de Salud y Servicios Humanos, tome medidas para garantizar el derecho al aborto. Entre dichas propuestas se encuentra el uso de medicamentos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) y la ampliación del acceso «a toda la gama de servicios de salud reproductiva» como “la anticoncepción de emergencia y la anticoncepción reversible de acción prolongada, como los dispositivos intrauterinos (DIU)».
Las medidas de Biden están pensadas para contrarrestar las leyes estatales mientras se trabaja para un objetivo mucho más difícil de alcanzar: sacar adelante una norma en el Congreso que codifique las garantías de Roe contra Wade.
En las últimas semanas, Biden ha reconocido públicamente que sus opciones para ampliar el acceso al aborto son limitadas y ha hecho un llamamiento al pueblo estadounidense para que en noviembre elija a más representantes demócratas en el Congreso que apoyen una legislación federal a este respecto.
Y es que si hacemos caso a las últimas encuestas, la decisión del Tribunal Supremo parecen haber impulsado a los demócratas de cara a las elecciones legislativas de noviembre, pero muchos votantes del partido reconocen que les gustaría una postura más combativa por parte de los demócratas y de Biden a la hora de luchar por los derechos reproductivos de las mujeres.
“Mi Administración hará todo lo que esté en su mano para luchar contra la devastadora decisión de revocar Roe contra Wade y para proteger los derechos fundamentales de las mujeres. El Congreso debe actuar”, tuiteó el presidente de EEUU el pasado 28 de junio. Tras conocerse el fallo del Supremo, Biden señalaba que la decisión fue “la culminación de un esfuerzo deliberado durante décadas para alterar el equilibrio de nuestra ley” y la calificó como la “realización de una ideología exrema”, así como un “trágico error” del Supremo que “golpeará duramente a las mujeres y niñas en situación de pobreza”. El 30 de junio, Biden anunciaba que “debemos convertir Roe contra Wade en ley”.
My Administration will do everything in its lawful power to fight back against the devastating decision overturning Roe v. Wade and to protect the fundamental rights of women.
Now, Congress must take action.
— President Biden (@POTUS) June 28, 2022
Recientemente, Biden ha señalado que está dispuesto a apoyar una excepción al filibusterismo del Senado, esto es, conseguir 60 de los 100 votos posibles en la Cámara Alta para evitar obstrucciones parlamentarias y aprobar el proyecto de ley, y así conseguir aprobar una ley que garantice el derecho al aborto; cabe señalar que, anteriormente, el presidente se había mostrado reacio a cambiar esta norma. Con todo, dos senadores demócratas, Joe Manchin (West Virginia) y Krysten Sinema (Arizona), se han mostrado reacios a esta medida y podrían echar por tierra los intentos de Biden.
En los últimos tiempos, la Casa Blanca ha rechazado diferentes ideas para proteger el acceso al aborto, entre ellas la de permitir que las clínicas abortistas trabajen desde una propiedad federal en los estados donde el procedimiento no está permitido. De hecho, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que usar terrenos federales para servicios de aborto tendría «ramificaciones peligrosas».