Pero ¿es posible templar la inflación sin poner en compromiso el crecimiento económico? Esa es la fina línea en la que caminan bancos centrales como la Reserva Federal (Fed) o el Banco Central Europeo (BCE), quienes aseguran que “hay vías, pero no garantías” para lograrlo y avisan que el proceso para controlar la inflación “será doloroso”. “La economía puede soportar los movimientos de la política monetaria”, reconocía Jerome Powell, presidente de la Fed, en el Foro del BCE de Sintra.
En cambio, desde Allianz Global Investors opinan de manera distinta a Powell y creen que la economía se desacelerará significativamente, al tiempo que señalan que están aumentando las probabilidades de que se produzca una recesión en la primera economía del planeta, mientras que el resto del mundo los riesgos son menores. “Si bien no esperamos una “estanflación” al estilo de la década de 1970, es decir, una mezcla tóxica de crecimiento lento y recesiones en combinación con tasas de inflación de dos dígitos, esperamos que la inflación continúe sorprendiendo al alza”, reconocen.
Así, señalan que es “probable” que las 3 tasas de inflación interanual alcancen su punto máximo a finales de año, siempre que no experimentemos otro shock en los precios de la energía. Con todo, la inflación tardará mucho tiempo, como mínimo de tres a cinco años, en volver a caer al 2% objetivo de los bancos centrales. “No esperamos que los bancos centrales, particularmente la Fed, frenen o incluso interrumpan la anunciada normalización de la política monetaria. Más bien creemos que continuarán aumentando los tipos de interés y reduciendo sus balances”, afirman desde Allianz GI, cuyos expertos también avisan de que los inversores “no deberían sorprenderse si los mercados incorporan al precio el endurecimiento monetario”.
RENTA VARIABLE
Virginie Maisonneuve, CIO global de renta variable de Allianz GI, señala que “estamos en un momento atípico”, ya que estamos asistiendo a la retirada de la expansión cuantitativa y aumentos de tipos en un mundo que se está desacelerando, no creciendo. “El comercio mundial, en tanto que parte del PIB, podría caer aún más, presionado por un dólar estadounidense fuerte y la dificultad para abastecerse de bienes”, señala esta experta.
Asimismo, Maisonneuve indica que la probabilidad de una desaceleración económica mundial fuerte y sincronizada se ve respaldada por los datos de diversos indicadores como “M2, el alto precio del petróleo, la caída de los índices manufactureros, el aumento de los tipos de interés y la reversión de los paquetes de apoyo económico implementados durante el apogeo de la pandemia”. El impacto de la desaceleración del crecimiento en los márgenes y ganancias empresariales aún no se ha reflejado en muchas empresas, y aunque las valoraciones ya se han ajustado considerablemente, sigue siendo posible una próxima ‘recesión de beneficios’, apunta. ¿Cuál es el camino a seguir entonces?
Según Allianz GI, el punto de inflexión para los mercados de renta variable podría llegar cuando las expectativas de subidas de tipos de interés en Estados Unidos cambien y caigan a 25 puntos básicos o incluso a 0. “Aunque el entorno económico en ese momento podría ser aún más desafiante de lo que es ahora, el final del ciclo de ajuste podría empezar a vislumbrarse”, señalan.
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Con esto en mente, Allianz GI considera que los inversores se podrían beneficiar de una cartera diversificada en torno a acciones de valor de calidad con buenos dividendos; títulos de crecimiento de calidad con balances generales sólidos y valoraciones reajustadas; seguridad energética y alimentaria; y acciones de “innovación de impacto” como la inteligencia artificial o la ciberseguridad. Asimismo, también es interesante considerar acciones de empresas chinas ya que el crecimiento del PIB del gigante asiático es “notablemente más alto que el de otras economías importantes del mundo” (en torno al 5%) y es una economía menos expuesta a los efectos negativos de un dólar estadounidense fuerte.
RENTA FIJA
Allianz GI señala que esperaban que el riesgo clave del mercado para 2022 fuera si los principales bancos centrales podrían controlar la inflación sin conducir a una recesión global “más aguda de lo esperado”. “Hasta ahora, las curvas de tipos para los bonos gubernamentales ‘core’ se han mantenido planas, lo que indica que, aunque posiblemente no estemos en una recesión, el mercado cree que este puede ser el final de un ciclo económico muy corto”, argumenta Franck Dixmier, CIO global de renta fija de la firma alemana.
Este experto señala que esperan “cierta volatilidad a corto plazo” en la rentabilidad de los bonos, aunque indica que estamos en un punto de inflexión para la dinámica del crecimiento y la inflación. Si bien todavía es pronto para que los bancos centrales suavicen su postura, Dixmier apunta hacia una mejora hacia finales de año cuando los riesgos de crecimiento a la baja se aceleren y el mercado de bonos “comience a reevaluar el alcance de las subidas de tipos de este ciclo”.
Así, indica que los bonos soberanos más interesantes son aquellos en donde los tipos de interés se han subido notablemente, ya que los riesgos a la baja “se harán más evidentes en los próximos meses”, como es el caso de EEUU, Australia, Nueva Zelanda o Canadá. En tan buena situación no se encuentran los bonos periféricos de la zona euro, ya que una orientación más dura del BCE sugiere una mayor ampliación de sus diferenciales. En cuanto a los mercados emergentes, “la selectividad es clave”, mientras que entre los bonos de alta calificación crediticia, los riesgos de crecimiento a la baja “respaldan una postura defensiva”.