El directivo ha señalado en rueda de prensa que la decisión de Ford de elegir la factoría de Valencia, en lugar de la alemana de Saarlouis, se ha tomado en base a criterios «estratégicos, técnicos y financieros» tras un proceso «complejo».
«La planta de Valencia es la que hemos escogido como la factoría preferida para ensamblar vehículos basados en una arquitectura de coches eléctricos de próxima generación», ha añadido Rowley. De esta forma, el futuro de Almussafes a medio plazo, que emplea de manera directa a unos 6.000 trabajadores, queda garantizado con la adjudicación de los dos últimos modelos eléctricos que faltaban por asignar para esta década.
No obstante, antes de comenzar la producción de los nuevos modelos eléctricos, Rowley ha reiterado que será necesaria «una significativa reestructuración» en Almussafes, ya que el proceso para la producción de vehículos eléctricos requiere «menos empleados» que la fabricación de un modelo tradicional.
La decisión de Ford supone un nuevo espaldarazo para la industria automotriz valenciana, ya que se suma a la fábrica de baterías para coches eléctricos que instalará Volkswagen en Sagunto, y que dará servicio a sus plantas de Landaben en Navarra y Martorell en Barcelona.