El movimiento de Emirates, conocida como Etisalat pero que ha cambiado su nombre a E&, se produce mientras Vodafone busca realizar operaciones corporativas en varios mercados para maximizar su valor y aumentar su rentabilidad.
La empresa, con sede en Abu Dhabi, ha señalado su intención de ser “accionista solidario y a largo plazo en Vodafone sin buscar ejercer control o influir en las acciones de la compañía o equipo directivo”.
Vodafone se encuentra bajo presión del fondo sueco Cevian para simplificar su estructura y enfocarse en sus mercados más rentables.