Esta circunstancia se debe, principalmente, a dos factores concretos: la creciente fortaleza del dólar estadounidense y la preocupación por la política de China al respecto de los confinamientos por Covid-19.
En primer lugar, el billete verde ha marcado máximos de las dos últimas décadas y ello ha provocado que sea más caro comprar petróleo para tenedores de otras divisas como el euro, que sigue intercambiándose por poco más de 1,05 dólares.
Por otra parte, los mercados están mostrando su preocupación por el posible aumento de los confinamientos en China, el principal importador de petróleo del mundo. Pekín, en línea con su política de ‘Covid cero’, ha señalado que los confinamientos podrían extenderse durante todo el mes de mayo.
Según señala ‘CNBC’, las importaciones de crudo de China cayeron un 4,8% en el primer cuatrimestre en comparación con el año pasado, pero incluyeron un aumento de casi el 7% en abril.
Por otra parte, la producción de petróleo en Rusia aumentó a principios de mayo con respecto a abril y la producción se ha estabilizado, según ha señalado el viceprimer ministro Alexander Novak, después de que la producción cayera en abril a raíz de las sanciones occidentales impuestas por la crisis de Ucrania.
Asimismo, la OPEP+ ha acordado un modesto aumento de la producción en 432.000 barriles diarios en los últimos días; el G-7 se ha comprometido con la prohibición de importaciones de crudo ruso; y, por último, la UE estudia impedir que los petroleros transporten crudo ruso con facilidad, pese a las posturas en contra de algunos Estados miembros como Hungría.