«Esto nos lleva a creer que los inversores están finalmente convencidos de que la inflación ha tocado techo. Sin embargo, lo que se subestima es el impacto que estos precios altos continuados supondrán para las empresas. Aquellas que no puedan repercutir estas subidas de costes seguirán viendo erosionados sus márgenes», añade esta experto.
«Tanto en el Reino Unido como en EEUU persisten las tensiones en los mercados laborales, lo que sigue impulsando los salarios. Esto contribuye a mantener los precios en una suave trayectoria ascendente que las empresas no son capaces de compensar con la caída de los precios de la energía y la reducción de las inversiones», considera Dudley.
En su opinión, «los últimos resultados trimestrales de beneficios han sido dispares y las respuestas de los precios han sido a menudo contrarias a la dirección de los resultados. Las reacciones han sido más moderadas que en trimestres anteriores, después de tres trimestres en los que la dirección de las empresas ha señalado los problemas de crecimiento debidos a la ralentización mundial como consecuencia de la subida de los tipos de interés».
Según su análisis, «lo más interesante se ha producido en el espacio tecnológico, donde la competencia por el próximo tramo de crecimiento está aumentando con las grandes empresas que están realizando importantes inversiones y avances en inteligencia artificial y búsquedas. Mientras tanto, seguimos observando un mayor impulso en el repunte del value y estos valores de growth seguirán luchando a medida que las empresas reduzcan sus inversiones en tecnología».