Sobre los precios minoristas, destaca que sufrieron «presiones a la baja«, principalmente por la creciente búsqueda de ofertas por parte de los consumidores.
«Aún así, el ritmo de aumento de precios se desaceleró en equilibrio, reflejando una combinación de mejoras en las cadenas de suministro y el debilitamiento de la demanda», destaca el Libro.
El crecimiento de los alquileres de viviendas comenzó a moderarse en algunos distritos, y los precios de las viviendas crecieron menos rápidamente o disminuyeron por completo en medio de una demanda débil.
En lo que respecta a la actividad económica, subraya que «se mantuvo estable o aumentó ligeramente desde el informe anterior«, puesto que la inflación y la subida de tipos de interés continuaron ejerciendo como frenos al crecimiento de la economía estadounidense.
La inflación empujó a los consumidores de ingresos bajos o moderados a sustituir cada vez más los productos que mayores aumentos experimentaron en sus precios por otros bienes de menor precio.
Las ventas de automóviles disminuyeron levemente en promedio, pero las ventas aumentaron significativamente en algunos distritos en respuesta a mayores inventarios.
Mientras, el empleo creció modestamente en la mayoría de los distritos, pero dos distritos reportaron un nivel plano y la demanda laboral se debilitó en general. Los salarios aumentaron a un ritmo moderado en promedio, pero algunos distritos experimentaron al menos cierta relajación de las presiones salariales.