En ING lo tienen claro, y dicen que «incluso un acuerdo podría no aportar una certeza duradera al comercio mundial». ¿Por qué? Pues porque aunque lo más probable es que haya algún tipo de acuerdo antes del 1 de agosto que suponga un arancel universal del 10% y aranceles sectoriales de entre el 20% y el 25% para la UE, no sería un resultado cerrado.

«Ni siquiera un acuerdo marcaría el fin de la saga arancelaria», dicen los analistas del banco holandés. Primero porque «los acuerdos comerciales no se escriben en una o dos páginas, sino que normalmente constan de cientos», y «las negociaciones no duran semanas, sino meses y años». Por lo tanto, «cualquier acuerdo importante que se alcance en las próximas semanas no garantiza su durabilidad«.

Tal y como explican, «que se mantenga durante semanas, meses o años depende enteramente de los caprichos del gobierno estadounidense», y es que Donald Trump puede decidir en cualquier momento acabar con lo acordado de un plumazo.

«En el panorama comercial actual, nada se puede dar por sentado. El comercio global solo se volverá más volátil», señalan desde ING, y apuntan que «la búsqueda de nuevos socios comerciales, como entre el Reino Unido e India, o el Acuerdo de Asociación Económica Integral (CEPA) anunciado el fin de semana entre la UE e Indonesia, es una clara señal de ello».

Para estos analistas, la carta de Donald Trump a la UE «no es una carta de amor, pero tampoco una carta de odio». Simplemente, comentan, es una carta «para aumentar la presión en las negociaciones en curso«, y muestra que «se acerca un momento decisivo en la saga arancelaria».

En cualquier caso, en ING creen que «es demasiado pronto para entrar en pánico» porque aún quedan casi tres semanas para alcanzar un acuerdo amistoso. «Hasta ahora, solo la fecha límite del 1 de agosto es legalmente vinculante y está registrada oficialmente en una Orden Ejecutiva. Todo lo demás aún deja mucho margen para las negociaciones. Y en el mundo actual, tres semanas es mucho tiempo«, aseveran estos expertos.

Creen también que la UE «intensificará sus esfuerzos para llegar a un acuerdo» con el gobierno estadounidense, pero «existen límites» que Bruselas puede no estar dispuesta a cruzar y, en cualquier caso, ya tiene preparadas una serie de contramedidas en respuesta a los aranceles de Trump que de momento ha pospuesto para seguir negociando. «El problema europeo es que cuanta más presión ejerza el gobierno estadounidense sobre la UE, mayor será la probabilidad de que la unidad europea se quiebre«, dicen en ING.

PEOR DE LO ESPERADO

Desde Berenberg apuntan que aunque las negociaciones entre la UE y EEUU siguen en curso y Trump ha adoptado «posturas extremas» en repetidas ocasiones antes de revertirlas posteriormente, «esta nueva amenaza es peor de lo que esperábamos». ¿Por qué? Pues porque «aumenta el riesgo de un mal resultado (para ambas partes)».

«Seguimos pensando que un arancel del 10% es el resultado final más probable», comentan los expertos de la firma de análisis alemana, pero creen que ahora los riesgos «se inclinan fuertemente hacia aranceles más altos». Y, dicen, aunque de momento la UE ha decidido postergar la adopción de medidas de represalia, «es probable que contraataque con medidas drásticas contra Estados Unidos si las negociaciones fracasan y Trump cumple su amenaza de aranceles del 30% el 1 de agosto».

En cualquier caso, señalan, «incluso si las negociaciones finalmente evitan la imposición de nuevos aranceles más altos, cuanto más se tarde en alcanzar ese objetivo, mayor será el daño económico acumulado«, y es que la «extrema incertidumbre actual dificulta enormemente la planificación e inversión de las empresas (y de los hogares)».

Estos analistas indican, asimismo, que el hecho de que Trump solo amenazara con el nuevo arancel del 30% para el 1 de agosto, en lugar de implementarlo con mayor rapidez, «sugiere que aún busca negociar«, pero no se debe obviar que el republicano «no solo está utilizando los aranceles como una herramienta de política comercial, sino también como una fuente de ingresos para cubrir al menos parte del enorme déficit en el presupuesto federal». «Comentarios recientes de su Administración sugieren que dependen aún más de los ingresos por aranceles de lo que suponíamos anteriormente y que, por lo tanto, podrían verse tentados a recaudar aún más dinero subiendo los gravámenes».

«La remota esperanza de un buen resultado en las negociaciones -la eliminación bilateral de todos los aranceles y algunas otras barreras comerciales entre la UE y EEUU- prácticamente ha desaparecido», concluyen.

Ipek Ozkardeskaya, analista sénior en Swissquote Bank, también menciona lo ocurrido este fin de semana en su comentario diario de mercados, y se muestra contundente: «Trump dejó la puerta abierta para más negociaciones y algunos ajustes, pero dado el nivel de aranceles revelado, cabe preguntarse si vale la pena invertir tiempo y energía en negociar con un gobierno que parece haber perdido el rumbo, o si es mejor buscar otros acuerdos con otros países. De eso están hablando ahora los europeos: de encontrar nuevos amigos».

Por tradeo