Así lo adelantaba la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, a los medios de comunicación para hablar de un encuentro que busca consolidar los lazos entre ambas potencias.

Y es que el pacto alcanzado entre EEUU y Reino Unido, que recoge un arancel del 10% sobre las exportaciones británicas, mientras que Londres aplicará una tarifa del 1,8%, contiene algunas partes que todavía se encuentran en la etapa de compromiso.

Una de ellas es la promesa de eliminar el arancel del 25% sobre el acero y el aluminio del Reino Unido (el resto del mundo recibe una tarifa del 50%), y Londres debe garantizar que las importaciones de acero británico se funden y vierten en el país y no se originan en China.

También se están llevando a cabo espinosas discusiones sobre un impuesto a los servicios digitales que afecta a las empresas tecnológicas incluso si no tienen su sede en el Reino Unido, y que Washington quiere eliminar.

En este sentido, si bien Reino Unido está en una mejor posición que muchos de sus pares, en particular en el caso de la Unión Europea, que busca un acuerdo comercial de último momento antes del 1 de agosto, todavía hay asuntos pendientes.

Trump ha señalado que las conversaciones con el primer ministro británico se llevarán a cabo «probablemente en una de mis propiedades» en Aberdeen.

Por tradeo