Los gastos operativos de la mayor petrolera del mundo bajaron un 4,3%, hasta los 128.000 millones de dólares, mientras que la cifra de negocio cayó cerca de un 8%, hasta los 20.000 millones de dólares.
«Los fundamentos del mercado se mantienen sólidos y prevemos que la demanda de petróleo en el segundo semestre de 2025 será más de dos millones de barriles diarios superior a la del primer semestre. Nuestra estrategia a largo plazo es coherente con nuestra convicción de que los hidrocarburos seguirán desempeñando un papel vital en los mercados energéticos y químicos globales y estamos preparados para contribuir a satisfacer la demanda de los clientes a corto y largo plazo«, ha señalado el presidente y director ejecutivo de la compañía, Amin H. Nasser.
Como ha añadido, «la resiliencia de Aramco quedó demostrada una vez más en el primer semestre de 2025 con una sólida rentabilidad, distribuciones consistentes a los accionistas y una asignación de capital disciplinada. A pesar de las dificultades geopolíticas, continuamos suministrando energía con una fiabilidad excepcional a nuestros clientes, tanto a nivel nacional como internacional».
En cuanto a las cifras del segundo trimestre, la petrolera sufrió una caída en el beneficio neto, hasta los 22.700 millones de dólares desde 29.100 millones de dólares del mismo periodo del año anterior.
La deuda total ascendió a 92.900 millones de dólares a cierre de 30 de junio, en comparación con los 74.400 millones de dólares del año pasado.
Además, Saudi Aramco ha confirmado que la cifra un total de dividendos se mantiene en lo previamente previsto de 21.300 millones de dólares para el segundo trimestre.