Sin embargo, RBC advierte que el buen comportamiento reciente de las acciones y la previsión de una moderación en los márgenes de refino podrían limitar el potencial alcista a corto plazo. Por ello, mantiene su precio objetivo en 14 euros por acción (frente a los 13,60 euros a los que cotiza).
En su informe, la firma señala que Repsol logró superar las expectativas del consenso, pese a un entorno operativo desafiante. El beneficio neto se vio condicionado por elementos no recurrentes, como ajustes contables en su ‘joint venture’ del Reino Unido y una menor tasa impositiva efectiva derivada de cambios en su cartera de activos, que ayudaron a compensar las pérdidas en el segmento industrial por el apagón en Iberia.
De cara al futuro, Repsol continuará ajustando su plan de inversión. Aunque aún no ha presentado una guía formal para 2026, la empresa ha adelantado que el gasto en exploración y producción (upstream) será unos 500 millones de euros inferior al del año anterior. La inversión en bajas emisiones de carbono sigue siendo incierta, aunque la compañía mencionó posibles avances en proyectos de descarbonización. RBC mantiene su previsión de 4.500 millones de euros en capex bruto para 2026, un 10% por debajo del consenso.
En cuanto al entorno del refino, la firma destaca que los márgenes se mantienen sólidos a corto plazo —en torno a 9,6 dólares por barril en julio, muy por encima del promedio del segundo trimestre (6 dólares)—, pero prevé una normalización hacia los 7,5 dólares por barril en el tercer trimestre, más en línea con el promedio de ciclo.
RBC ha ajustado sus previsiones de beneficios por acción: eleva un 7% su estimación para 2025 y reduce un 3% la de 2026, en consonancia con su escenario de precios del crudo más moderados. A pesar del buen momento reciente de la acción, la firma considera que el potencial riesgo-recompensa es más atractivo en otras compañías del sector energético.
