Puntos clave
Las carteras con 10 categorías de activos se han optimizado para ofrecer las mejores rentabilidades esperadas posibles ajustándose a todos los niveles de riesgo. Utilizamos fondos que tienen ventajas fiscales (traspasabilidad) y personalizamos la distribución de activos para asegurarte que no asumas más riesgo potencial del que tu situación personal requiere.
Muchos inversores usan una combinación de la distribución táctica de activos para conseguir el mejor rendimiento que pueden de sus carteras, incluyendo la asignación de activos, diversificación y diversas técnicas de gestión de riesgos. Pero la diferencia entre un buen asesor inteligente y las personas que están tratando de invertir por tu cuenta, es la complejidad y la escala en la que se puede evolucionar una cartera de fondos de inversión.
Cuando sigues las recomendaciones del asesor inteligente, estás recibiendo una cartera profesional que ha integrado plenamente estas tácticas; entregándote una distribución que ya ha sido optimizada. Recogemos una serie de estrategias sofisticadas que pocas personas pueden poner en práctica por su cuenta como parte de la optimización de la cartera, incluyendo la maximización de potencial de crecimiento y la reducción al mínimo del riesgo a la baja para cada uno de sus objetivos de inversión en tus finanzas personales.
La construcción de la cartera
Sabemos que cualquier inversor puede elegir una cartera si le dedica suficiente tiempo a la investigación y selección de fondos. Pero para mucha gente, dedicar un par de días al mes a la investigación y la gestión de la inversión es, a veces, un gasto de tiempo inasumible u, otras veces, una tarea tediosa.
Las alternativas serían, o bien pagar por un asesor tradicional, o comprar un fondo de rentabilidad objetivo básico. La primera opción es cara, mientras que la segunda no siempre se va a adecuar a tus necesidades, y también puede ser innecesariamente cara. Ahí es donde la cartera propuesta y el servicio de un asesor inteligente son ideales. Un Asesor Inteligente ofrece carteras personalizadas para cada uno de sus clientes, que van desde el 100% en acciones al 100% de los bonos a corto plazo, en función de sus necesidades financieras.
En primer lugar, es interesante entender cómo construimos la cartera y qué activos puede haber en ellas. Comenzamos con el concepto de diversificar nuestra cartera tanto como sea posible (Markowitz, Teoría Moderna de Carteras, 1950) y, después, debido a que la mayoría de la gente se preocupa mucho más por las pérdidas potenciales, aproximadamente el doble, que de los beneficios potenciales (Kahneman, Prospect Theory, 2002), se trabajó en la minimización de riesgo a la baja. Por último, seleccionamos los fondos que mejor lo hacen de cada categoría de manera que le damos un mejor rendimiento al cliente agregándole un nivel mejor de análisis, o de optimización de la cartera. Para ello, utilizamos algunos de los modelos cuantitativos más recientes para la asignación de activos y de riesgo a la baja para exprimir aún más el rendimiento o la diversificación alfa de estos activos. Buscando la cartera más eficiente con la mejor rentabilidad esperada.