No obstante, Le Pen, que puede recurrir la sentencia, no está obligada a dejar su actual escaño como diputada de la Asamblea Nacional.
Esta decisión judicial llega en un momento clave para la política francesa que había puesto sus esperanzas en las elecciones de 2027 tras un meteórico aumento de popularidad en los últimos años. En este sentido, algunos de sus aliados, como el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, o el vicepresidente del Consejo de Ministros de Italia, Matteo Salvini, ya han comenzado a hablar de complot.
Con todo, la líder de Reagrupamiento Nacional (RN) ha abandonado la sala del Tribunal Correccional de París enfadada, antes de escuchar de su condena y sin hacer declaraciones a los medios de comunicación.