Su diagnóstico para noviembre llega como una llamada a la prudencia en un entorno en el que los índices se mueven en máximos históricos.
En un mes que está a punto de arrancar con la misma mezcla de entusiasmo e incertidumbre, las predicciones de Jensen funcionan como una brújula para el mercado: tres riesgos que pueden convertirse en dolores de cabeza… o en oportunidades para los más rápidos.
PRIMER AVISO: UN NUEVO ‘COCKROACH’ FINANCIERO
La primera advertencia de Jensen se resume en una palabra incómoda: quiebras. No las individuales, esas que se digieren con rapidez, sino las que abren grietas en el sistema.
«Nunca hay una sola cucaracha”, recuerda citando al propio Jamie Dimon, director ejecutivo de JPMorgan. Tras los inesperados desplomes de Tricolor Holdings y First Brands, los bancos han tenido que reconocer fuertes agujeros en sus balances.
El origen del problema se remonta a la resaca de la pandemia: tipos en mínimos históricos, abundancia de liquidez y decisiones de inversión poco meditadas. “Vamos a pagar el precio de esa fiesta monetaria”, sentencia Jensen, convencido de que el próximo gran susto podría salir del ladrillo empresarial.
¿Dónde deben mirar los inversores?
En su opinión, estos son los títulos clave a vigilar:
• Bancos expuestos a CRE (inmobiliario comercial).
• Vehículos de crédito como BDC y ‘private equity’.
• Valores con apalancamiento elevado.
Según explica, estos segmentos afrontan el mayor riesgo de un “evento sorpresa” en noviembre.
SEGUNDO IMPACTO: EL EMPLEO SE DA LA VUELTA
Estados Unidos lleva meses escondiendo una realidad incómoda: el mercado laboral pierde fuelle. Los datos de creación de puestos han pasado de cientos de miles a apenas 30.000 este verano. Amazon anuncia recortes, UPS ya ha suprimido 48.000 empleos y la parálisis política tampoco ayuda.
“El crecimiento del empleo podría volverse negativo”, vaticina Jensen. Y no se trata solo de indicadores: la confianza del consumidor, la capacidad de gasto y la propia reelección económica de la economía norteamericana se juegan aquí el pulso.
¿Qué implicaría para la bolsa?
• Posible alivio vía bajadas más rápidas de tipos.
• Pero presión para sectores ligados al consumo.
• Mayor volatilidad en índices cíclicos y ‘small caps’.
TERCER FRENÉTICO: LOS ALQUILERES SIGUEN DESCENDIENDO
La última predicción podría parecer menor… pero no lo es. Las rentas en Estados Unidos llevan dos meses cayendo y Jensen cree que el descenso continuará. ¿Sorpresa? No tanto: exceso de oferta en el Sun Belt (el Cinturón del Sol del país), menor inmigración y una demanda que se repliega.
La consecuencia inmediata es perder atractivo en REITs residenciales como AvalonBay o Camden Property Trust, que ya sufren en bolsa. Pero hay un giro positivo: “La caída del alquiler será un viento de cola clave para bajar la inflación”, afirma el experto. Si la vivienda pesa casi un tercio del IPC, ese alivio se puede convertir en gasolina para la Fed y, a la larga, para la renta variable.
¿QUÉ DEBE HACER EL INVERSOR?
No se trata de venderlo todo ni de correr por los pasillos del mercado. Jensen propone mirar donde otros aún no miran: “Los riesgos siempre aparecen donde nadie los espera”. Vigilancia, selección y paciencia parecen ser sus tres herramientas fundamentales.
Ideas estratégicas que se desprenden del análisis:
* Reducir exposición a inmobiliario comercial y crédito frágil.
* Escoger compañías de calidad, con balances limpios.
* Aprovechar la caída futura de tipos para construir posiciones.
NOVIEMBRE EXIGIRÁ BRÚJULA
Octubre ha seguido dando alas a la euforia. Noviembre, en cambio, exigirá brújula. Los mercados pueden seguir subiendo, quizá hasta final de año, pero los tres fantasmas señalados por Jensen recuerdan que el ciclo cambia y no avisa.
La buena noticia es que cada sombra puede transformarse en oportunidad. Como él mismo resume: “La clave no es evitar el miedo, sino saber dónde se esconde”.
