Según ha informado ‘Financial Times’, la compañía radicada en Cupertino (California) está «intensificando sus esfuerzos» en los «detallados» planes de sucesión de Cook, que podría entregar el bastón de mando este 2026. Entre los candidatos aparece el nombre de John Ternus, vicepresidente sénior de ingeniería de hardware.
Apple ha tenido varios cambios de alto perfil este año en su equipo ejecutivo. Luca Maestri, histórico director financiero de la firma, se retiró de su cargo a comienzos de este año. Asimismo, Jeff Williams, la mano derecha Cook, anunció en julio que dejaba su puesto como director de operaciones. Otro importantes ejecutivos, como Craig Federighi, jefe de ingeniería de software, también han asumido más responsabilidades dentro de la tecnológica.
Con todo, parece improbable que se anuncie antes de que la compañía presente los resultados de su primer trimestre fiscal de 2026, que acaba en diciembre de este año y que abarca el siempre clave período navideño. Según las fuentes consultadas por el diario británico, un anuncio a principios de año daría tiempo al nuevo equipo de liderazgo para asentarse antes de los dos grandes eventos de la compañía: la Conferencia Mundial de Desarrolladores (WWDC) y el lanzamiento del próximo iPhone en septiembre.
Al nuevo equipo le hace falta ese tiempo. Le hace falta porque, si bien Apple se ha revalorizado alrededor de un 10% en lo que va de año, su avance era, hasta hace poco, menor que el de grandes rivales como Microsoft, Amazon o Meta, mostrando las dificultades de la compañía para mantenerle el pulso a la competencia. El motivo podría ser una «manzana envenenada» para el sucesor de Cook: la inteligencia artificial (IA).
LA CARRERA POR LA IA
Como les venimos contando, el mercado bursátil atraviesa una fase de enorme volatilidad debido al miedo a una burbuja tecnológica, especialmente en los valores relacionados con la inteligencia artificial (IA).
Ni siquiera los estelares resultados de Nvidia y el optimismo de los analistas y ejecutivos de la firma estadounidense han servido para ahuyentar al fantasma de la crisis, que ha dejado notables caídas en la mayoría de los gigantes de Silicon Valley. En todos, menos en uno: Apple.
Y es que, mientras muchas de las ‘big tech’ están en una carrera armamentística por ver quién consigue más y más grandes centros de datos para entrenar a sus IAs, la compañía de la manzana ha adoptado un enfoque distinto. Un enfoque, quizá, más modesto.
Alphabet, matriz de Google, espera gastar 92.000 millones de dólares en ‘capex’ este año. Microsoft, por su parte, espera aumentar los gastos de capital respecto al año anterior tras gastar aproximadamente 34.900 millones en su primer trimestre fiscal. A su vez, Amazon elevó su pronóstico de gasto en ‘capex’ a 125.000 millones para este año, mientras que Meta ha decidido invertir más de 70.000 millones de dólares este ejercicio y todavía más el siguiente.
En cambio, Apple apenas gasta una fracción de estas cifras. En el año fiscal 2025, que finalizó este pasado mes de septiembre, la compañía reportó un ‘capex’ de 12.720 millones, un 35% más que el año anterior. Y si bien la compañía espera gastar más en inversiones este año, las cifras no estarán ni cerca de las de sus grandes rivales de Silicon Valley.
En lugar de comprar la mayor cantidad posible de chips de IA, Apple contrata capacidad de cómputo y otras tecnologías de socios externos. Sin ir más lejos, Mark Gurman contó recientemente en ‘Bloomberg’ que Apple pagará 1.000 millones de dólares al año a Google para utilizar su IA, Gemini, para potenciar y hacer «más lista» a Siri, el asistente de la compañía de la manzana.
Por otro lado, cuando Apple construye servidores para su software de IA, la empresa utiliza sus propios chips Apple Silicon —no los de Nvidia o AMD— para alimentar un servicio que llama Private Cloud Compute. Este es un sistema de inteligencia en la nube diseñado para el procesamiento privado de IA. Su gran valor es que solo ejecuta modelos de IA más grandes cuando la IA integrada en sus dispositivos no es capaz de dar respuesta a las peticiones del usuario. Además, prioriza la privacidad, ya que asegura que no almacena datos del usuario.
«No veo que vayamos a alejarnos de este modelo híbrido, donde aprovechamos tanto la capacidad interna como la de terceros», dijo Kevan Parekh, director financiero de la compañía, durante la presentación de resultados del cuarto trimestre fiscal. Sin embargo, en esta cuestión también radica la mayor debilidad de Apple.
¿SE HA QUEDADO ATRÁS APPLE?
Si bien el lanzamiento de Apple Intelligence, la apuesta de la firma de Cupertino en materia de IA, ilusionó de primeras, lo cierto es que hay más decepciones que buenas noticias en su mochila.
El sistema de IA debía debutar en septiembre de 2024 con iOS 18, su lanzamiento se retrasó un mes. Y el despliegue, que debía continuar en 2025 con una Siri completamente nueva, capaz de entender mejor las conversaciones con el usuario y operar de manera más flexible, sufrió un percance: no era lo suficientemente buena. Su lanzamiento está programado para 2026.
Según Gurman, los datos internos de Apple mostraban que esta Siri basada en IA era un 25% menos precisa que ChatGPT en la mayoría de las consultas. Además, este periodista sostiene que Apple ha invertido tarde en IA debido a las dudas de los ejecutivos, quien no veía la IA como una prioridad.
Tras meses de silencio, algunos de los principales ejecutivos de Apple cogieron el toro por los cuernos este verano. Federighi y Greg Joswiak, vicepresidente sénior de marketing mundial, negaron este verano que la nueva Siri y otras características de Apple Intelligence fueran ‘vaporware’, es decir, un producto que jamás llega al mercado.
«No queremos decepcionar a los clientes. Nunca lo hacemos. Hubiera sido más decepcionante entregar algo que no cumpliera con nuestros estándares de calidad, que tuviera un índice de error inaceptable, así que tomamos la que pensamos que era la mejor decisión», se justificó Joswiak, al hablar sobre los retrasos.
Por su parte, Federighi admitió que la IA es demasiado novedosa y que, por ello, Apple no pudo cumplir con los plazos previstos. «Cuando se trata de automatizar capacidades en los dispositivos de manera confiable, nadie lo está haciendo realmente bien en este momento. Y queríamos ser los primeros. Queríamos hacerlo lo mejor posible. Y teníamos resultados iniciales muy prometedores«, afirmó.
En un discurso ante empleados, Cook restó importancia a estas circunstancias, asegurando que «rara vez» Apple ha sido pionera. «Hubo un PC antes de Mac; hubo un smartphone antes del iPhone, hubo muchas tablets antes del iPad, e incluso hubo un reproductor MP3 antes del iPod», afirmó el ejecutivo, antes de asegurar que Apple será un actor fundamental en la IA del futuro. Aunque puede que eso sea sin él en el cargo.
¿EL PRINCIPIO DEL FIN U OPORTUNIDAD DE ORO?
En su libro ‘Apple in China: The Capture of the World’s Greatest Company», el excorresponsal de ‘FT’ Patrick McGee traza un paralelismo entre Tim Cook y el CEO de General Electric durante las décadas de los 80 y los 90, Jack Welch. Ambos ejecutivos multiplicaron el valor de la empresa y generaron valor para los accionistas, pero su éxito dejó expuestos grandes debilidades de la compañía.
Y es que, mientras Apple conquistaba el mundo del hardware, sus grandes rivales conquistaban oportunidades que la compañía de Cupertino pasó por alto. Google, Meta, la china Xiaomi han creado nuevos productos, como gafas inteligentes con IA. OpenAI adquirió recientemente la empresa de Jony Ive, exdiseñador jefe de Apple, para construir un dispositivo de IA.
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Mientras sus competidores experimentan y crecen, Apple parece quedarse atrás. Además, en su haber hay grandes fracasos, como su inversión en las gafas de realidad virtual Vision Pro, que apenas han tenido demanda, o la sonada cancelación de su proyecto de coche eléctrico tras prácticamente una década de desarrollo, mientras que Xiaomi conseguía fabricar su SU7 en tan solo tres años. Esto, junto a la negativa de invertir en robótica durante el mandato de Cook, hace que en ‘The Economist’ se pregunten si la compañía es una «Nokia en potencia».
Pero no todo el mundo piensa igual. Numerosos analistas señalan, al igual que Cook, que el fuerte de Apple nunca ha sido la innovación, sino la reinvención: el Mac reinventó la aproximación a los ordenadores personales, el iPod cambió los hábitos de escucha de música y el iPhone popularizó los ‘smartphones’ con pantalla táctil.
La IA parece ser otro punto de inflexión y Apple, según los expertos, «solo» tiene que hacer una cosa: conseguir integrar la IA en su plataforma de forma agradable e intuitiva en sus más de 2.000 millones de dispositivos. O como dicen Adam Brotman y Andy Sack, cofundadores de la firma de consultoría especializada en IA Forum3, Apple «no necesita competir en rendimiento de modelos, solo necesita integrar la IA de manera que potencie la ‘magia de Apple'».
En los últimos meses se ha rumoreado que Apple podría comprar Perplexity, un motor de búsqueda nativo de IA, para dar un golpe en la mesa y «ayudar a Apple a avanzar hacia un mundo donde la búsqueda por voz y la IA sean fluidas, útiles y profundamente integradas en iOS».
«Y Apple tiene los recursos para lograrlo. Con 130.000 millones de dólares en efectivo y una de las marcas más fuertes de tecnología, podría contratar o adquirir fácilmente el talento que necesita. Así que, aunque parezca que Apple va detrás, probablemente esté en medio de una aceleración deliberada. No necesita construir el mejor modelo ni dominar la IA como campo de investigación. Solo necesita integrar esta nueva capa de manera magistral en su experiencia existente. Eso es lo que hace mejor«, explican en una publicación en ‘Fortune’.
Sea como fuere, lo que parece claro es que el sucesor de Cook necesitará aumentar la magnitud de las apuestas de la compañía. En este sentido, la fortaleza de los resultados será el garante de que Apple pueda tener el dinero —y la confianza de los accionistas— suficiente para ir abriéndose camino en esta nueva etapa. Richard Waters, experto en Silicon Valley de ‘Financial Times’, opina que entre las primeras tareas del nuevo CEO de Apple estará convencer a los accionistas, acostumbrados a las ganancias estables del iPhone, de que es hora de mirar más allá del «camino seguro» que ha seguido Tim Cook».


