Richard Hunter, director de mercados de Interactive Investor, explica que el rebote de ayer, del que también se beneficiaron otras tecnológicas como Nvidia, se debió al dato de IPC de febrero en Estados Unidos, que mostró un descenso superior al esperado.
«Una inflación menor de lo esperado provocó una búsqueda tímida de gangas entre las atribuladas acciones tecnológicas de gran capitalización, donde nombres como Nvidia y Tesla, que se vieron afectados por la crisis, atrajeron cierto interés de compra. Sin embargo, a pesar de un aumento de alrededor del 7% para ambas, las acciones de Nvidia siguen bajando un 16% en lo que va de año, y las de Tesla un 35%, mostrando las secuelas de lo que ha sido un período difícil», explica.
El fabricante estadounidense también se vio impulsado por el apoyo público mostrado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien aseguró que va a comprar un coche de la compañía.
Sin embargo, las caídas de este jueves devuelven a la compañía a la realidad que viene experimentando en lo que va de año, un periodo en el que llegó a perder todo lo ganado tras la victoria de Trump en las elecciones, cuando se disparó en bolsa hasta alcanzar los 488 dólares por acción.
Esta tendencia bajista se explica, en parte, por unos datos de ventas que han hecho saltar las alarmas, ya que la Asociación de Turismos de China informó de una caída del 49,2% en las ventas de los vehículos eléctricos que la compañía produce en el gigante asiático a lo largo de febrero.
Estas cifras se unen a las registradas en Europa, donde sus ventas cayeron un 45% en enero en comparación con el mismo mes de 2024. El fabricante estadounidense vendió un total de 9.945 vehículos en el primer mes del curso, en comparación con los 18.161 de hace un año, según los datos de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles.