Según señala la sentencia, ante la que cabe recurso, el TGUE considera hubo una conclusión «fundadamente de que la naturaleza abierta» de la licencia de explotación de Android no contrarrestaba «la posición dominante» de Google por parte de la Comisión Europea.
Bruselas consideró en su día que las condiciones de preinstalación impuestas a los fabricantes de dispositivos móviles eran «abusivas» y «habían restringido la competencia».
En concreto, fue en 2018 cuando la Comisión Europea sancionó a Google con una multa de 4.340 millones de euros, que ahora el Tribunal ha rebajado.