La idea de limitar el precio de las importaciones de gas procedente de Rusia se ha dejado para más adelante, ya que es una iniciativa que requiere «más trabajo», al ser necesario contar con los datos sobre su posible impacto si el tope se generalizara a todos los proveedores de gas y no sólo Rusia.
Una de las medidas que será expuesta por Von der Leyen es el impuesto especial a los beneficios extraordinarios de las empresas de combustibles fósiles. Se aplicaría un gravamen del 33% al beneficio antes de impuestos que exceda el 120% del beneficio medio en el periodo 2019-2022. Los gobiernos gastarán el dinero recaudado en medidas para ayudar a los consumidores vulnerables y a las empresas que se enfrentan a facturas energéticas elevadas o a aquellas que vayan a reinvertir en tecnologías limpias.
La Comisión también propondrá una reducción del 10% en el consumo eléctrico. El recorte deberá ser del 5% en las horas punta, cuando el precio de la luz en los mercados mayoristas alcanza su precio más alto del día.
La intención es «aliviar el estrés en la generación de electricidad y reducir el consumo de gas«, ha explicado la comisaria de Energía, Kadri Simson, que ha añadido que esto podría «tener un efecto positivo en los precios», si bien será cada Estado miembro el que defina las medidas para alcanzar este objetivo.
El bloque también propondrá establecer garantías estatales para los operadores del mercado de futuros con la intención de mejorar la liquidez en los mercados financieros de la energía y aliviar la volatilidad en los mercados energéticos ante los requerimientos de garantías a los operadores.
Tras la presentación de esta propuesta, los ministros de Energía de la Unión Europea se volverán a reunir el viernes 30 de septiembre en un consejo extraordinario en el que se debatirá sobre estas medidas.