«Tarea monumental» para el nuevo primer ministro británico por la crisis energética

«Tarea monumental» para el nuevo primer ministro británico por la crisis energética

Este lunes se ha conocido por fin el nombre del nuevo líder del Partido Conservador y, por ende, nuevo primer ministro del Gobierno británico. Se esperaba que Lizz Truss fuese la vencedora, al calor de lo que decían las encuestas, y ha acabado por confirmarse. Será la nueva inquilina del número 10 de Downing Street. Pero la experta cree que algunas de las promesas con las que ha hecho campaña frente a su rival Rishi Sunak «pueden desvanecerse una vez que tome posesión del cargo y se haga evidente la fría realidad de la monumental crisis a la que se enfrenta».

Además, Streeter cree que las políticas que ha propuesto Truss «corren el riesgo de crear una nueva maraña de problemas para la economía británica, justo cuando la crisis energética se ha intensificado». Se refiere, por ejemplo, a la reducción del impuesto sobre la renta, del impuesto de sociedades y de los impuestos directos, como el IVA, al tiempo que se promete una ayuda adicional para los hogares que se enfrentan a las facturas de la energía. Eso, apunta la analista, podría «hundir aún más al país en los números rojos, en un momento en el que la deuda ya está aumentando rápidamente».

En opinión de la experta de Hargreaves Lansdown, «la espina que tiene clavada es que alrededor de una cuarta parte de la deuda pública está vinculada a la inflación, y con las previsiones que indican que la tasa principal podría alcanzar un llamativo 22%, el coste del servicio de ese endeudamiento se está disparando».

De hecho, remarca, «el nerviosismo que rodea a sus estrategias ya se ha reflejado en la reacción de los mercados financieros ante su inminente llegada a Downing Street», con la libra esterlina alcanzando nuevos mínimos frente al dólar. Además, el rendimiento de la deuda pública a 10 años, que es un indicador del tipo de interés efectivo del endeudamiento público, se sitúa en el 2,92%, «volviendo a alcanzar los máximos de la semana pasada. Los rendimientos han registrado la mayor subida mensual desde 1986, ya que las promesas realizadas amenazaron con causar nuevos problemas a la economía británica».

PELIGRO DE ESTANFLACIÓN

«La preocupación es que, lejos de sacar a la economía de la recesión, las políticas de Liz Truss corren el riesgo de provocar un periodo prolongado de estanflación«, destaca Streeter, que cree que recortar impuestos «puede quedar bien entre los miembros del Partido Conservador, pero es una estrategia arriesgada para la estabilidad de la economía a largo plazo«.

Y Truss «también amenaza con agravar el problema de productividad«, y es que el vaciado de las arcas públicas a través de los recortes de impuestos «probablemente significará que habrá aún menos dinero para destinar a la inversión pública para equipar a la mano de obra del Reino Unido con las habilidades necesarias en las próximas décadas. A no ser que el Gobierno esté dispuesto a asumir muchos más préstamos con tasas de reembolso mucho más altas», claro, destaca la experta.

En este sentido, recuerda que Reino Unido «ya no puede confiar en la importación de conocimientos y experiencia a través de los trabajadores de la UE debido al Brexit, por lo que el talento local es cada vez más crucial«.

Streeter critica que Truss crea que los recortes fiscales pondrán en marcha el crecimiento de la economía, a la vez que amortiguarán el impacto de una «inflación catastrófica». Pero nada más lejos de la realidad, dice la analista, que cree que «el riesgo es que si se reduce el tipo superior del impuesto sobre la renta del 40% al 30% y se suprime el tipo máximo del 45%, los segmentos más ricos de la sociedad mantendrán la demanda en la economía al alza, mientras que los más pobres, que soportan una carga desproporcionada de la inflación, sentirán mucho menos los beneficios».

«Liz Truss llegará al poder en un momento en el que el descontento industrial está en su punto álgido, con un clamor por mejores salarios, mejores condiciones y una acción inmediata para cubrir las lagunas en la mano de obra de los servicios esenciales que aumenta día a día. Los recortes de impuestos para los ricos avivarán las tensiones, cuando el país ya se enfrenta a un invierno de descontento«, insiste.

En su opinión, sería más útil «realizar recortes fiscales más específicos, como la reducción temporal del IVA o del impuesto sobre el combustible». «Esto sería un bálsamo para los sectores que se verán afectados por la crisis actual, como la hostelería», y «también podría ayudar a reducir el coste de los artículos de la cesta de la compra por la inflación».

También opina que las ayudas específicas a los hogares y empresas que se enfrentan a «subidas alarmantes de las facturas de combustible son cruciales, pero deben pasar por la reducción o, al menos, la limitación del tope de precios de la energía«. Como dice, «una reducción de las facturas repercutiría en el cálculo de la inflación y ayudaría a reducir la tasa general».

«Es urgente una solución para hacer frente a la presión inmediata sobre los precios, pero el Gobierno también necesita políticas más amplias para asegurar el suministro energético del país a medio plazo, garantizar que la transición a fuentes de energía sostenibles sea lo más eficaz posible y provocar una revolución en el aislamiento», concluye.

BOLSA