Este incremento supone un fuerte crecimiento de la economía española frente al frenazo del trimestre anterior, cuando el PIB subió solo un 0,2% golpeado por la guerra de Ucrania. Además, la tasa interanual del PIB se sitúa en el 6,3%, sin que haya cambios frente al trimestre precedente.
Tal y como explica el INE, la contribución de la demanda nacional al crecimiento interanual del PIB ha sido de 3,6 puntos, cuatro décimas inferior a la del primer trimestre. Por su parte, la demanda externa ha presentado una aportación de 2,6 puntos, tres décimas más que en el trimestre anterior. Es decir, la demanda nacional es la que lidera ahora el crecimiento económico.
Principalmente, detalla la nota dada a conocer por Estadística, por la fuerte recuperación del consumo de los hogares (que pasa de tener un crecimiento negativo a crecer el 3,2%) y por el mantenimiento del dinamismo de las inversiones. El consumo de las Administraciones Públicas, sin embargo, ha caído y presenta una variación del -0,5% en el trimestre.
Asimismo, un menor aumento de las exportaciones que de las importaciones -un 1,6% frente a un 4,6%- hizo que la demanda externa fuera un lastre para el crecimiento del PIB. De hecho, el pasado martes la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Economía, Nadia Calviño, ya alertó de esta situación al decir que esperan ahora menos exportaciones. Lo dijo tras anunciar el cuadro macro en el que se basará el Ejecutivo para la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2023, con rebaja de estimaciones incluida.
Según los expertos de Pantheon Macroeconomics, los datos del PIB de España eran lo que esperaban, y confirma que es «el país que más avanzó en el segundo trimestre». «El aumento significa que la economía española se comportó mejor que la francesa en el último trimestre y, dadas nuestras estimaciones para Alemania e Italia, y los datos para Austria y Bélgica, el crecimiento del PIB español habrá sido probablemente más rápido que el de cualquier otra economía importante de la zona euro«.
No obstante, los expertos de la firma británica remarcan que aun así, la economía española «sigue estando más lejos de su nivel pre-Covid que la mayoría de las principales economías de la zona euro».
Pero destacan también que las previsiones para el segundo semestre se mantienen porque en España «las perspectivas son más optimistas que en otros lugares, dado que el sector turístico es relativamente mayor y la dependencia de la energía rusa es menor». «Sospechamos que el turismo estará en pleno apogeo este trimestre, lo que compensará la debilidad de las inversiones de capital y el escaso consumo interno derivado de la caída de la tasa de ahorro, así como la elevada inflación». De hecho, este viernes se ha conocido que el IPC sigue desbocado, al tocar una tasa del 10,8% en julio, la más alta desde 1984.
Desde Pantheon explican que «el recorte del IVA sobre la electricidad -del 10% al 5%- y la gratuidad del transporte público contribuirán a aliviar algunas presiones inflacionistas, pero no cambiarán las cosas» porque «la presión sobre los ingresos seguirá siendo importante hasta finales de año». La estimación de estos analistas es que el crecimiento del PIB «será en promedio del 0,8% trimestral en el segundo semestre, dividido por un aumento del 1,2% en el tercer trimestre y del 0,5% en el cuarto», lo que «es coherente con un crecimiento del 5% en 2022» en la economía española.
Apuntan que los riesgos para sus estimaciones «están ampliamente equilibrados», y aunque «la desaceleración en otros lugares será un lastre para la actividad española, dadas las cadenas de suministro», creen que los responsables políticos «pueden ofrecer más apoyo fiscal y/o intensificar los esfuerzos para gastar rápidamente los fondos de recuperación de la UE».
LA CEOE PIDE PRUDENCIA
Por su parte, la CEOE también ha valorado los datos del PIB, que ha calificado como una «sorpresa positiva» porque la cifra representa «un significativo repunte de la actividad». No obstante, dicen los empresarios, «es importante ser prudente y considerar también la situación de desaceleración de la economía internacional y los factores de riesgo, sobre todo la inflación, los cuellos de botella y el aumento de los tipos de interés, que están afectando a la baja a la actividad y a la inversión empresarial».
Por lo tanto, la patronal cree que «estos niveles de crecimiento serán difíciles de mantener en próximos trimestres, lo que redundará en una menor creación de empleo».