En 2025, se podría decir algo similar sobre el rendimiento del mercado durante gran parte del año: pocos lo predijeron, y aún menos pudieron justificarlo. Siempre aparece Trump como la razón de la subida, aunque también se puede usar como justificación de la caída. Pero, por una cosa o por otra, todos los índices americanos se encuentran en su máximo histórico y nadie sabe por qué.
La primera justificación bursátil totalmente honesta destaca una característica de los expertos en inversión que es que, a menudo, no hay ninguna razón. Hay que ampliar la perspectiva, mucho, para que prevalezca la causa y el efecto.
Hay días que son obvios. Una noticia de ganancias de una gran empresa o un informe económico optimista pueden hacer que el mercado baje o suba bruscamente. Incluso esas sesiones pueden comenzar con una perspectiva muy unidireccional y luego sorprender a todos.
Si ampliamos el horizonte temporal a meses, la rareza se multiplica. Por ejemplo, en 2007 y 2008 se produjeron notables subidas de dos dígitos que duraron un par de meses cada una, justo cuando el mercado inmobiliario se desmoronaba.
Este año ha obligado a los analistas a ponerse nerviosos. Las acciones comenzaron fuertes gracias a la idea del ‘Trump trade’, es decir, comprar anticipando políticas a favor de las empresas. Luego se desplomaron a territorio casi bajista una semana después de los aranceles del «Día de la Liberación». Luego vinieron los aranceles y el TACO (Trump siempre se echa atrás, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, las bolsas, pese a sufrir una ligera parada, acaban en máximos históricos. El mercado sigue pensando –y las bolsas mundiales, en general– que esto siempre sube y que, pese a estar en máximos, nos queda mucho por recorrer.
El mercado de valores es diferente: un estratega inteligente puede hacer una estimación sorprendentemente precisa sobre el comportamiento de las acciones en una década. Decir cómo se comportará este trimestre es rutinario y, a menudo, erróneo: simplemente hay demasiado ruido y emoción.
Los inversores parecen estar mucho más interesados en lo que sucederá esta semana o este año que en la próxima década, pero esa no es la única razón por la que las bolsas se apegan mayormente a las predicciones a corto plazo: genera mucha más negocio de los clientes. Por lo tanto, no es un eufemismo decir que la bolsa siempre sube, porque es verdad.