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El cierre de Nord Stream 1 vuelve a poner en jaque el suministro de gas en Europa
Los operadores continúan sopesando los riesgos que supone el posible fin del suministro ruso, que hoy se ha visto interrumpido por el segundo parón en menos de un mes del gasoducto Nord Stream 1. Gazprom anunció el pasado 19 de agosto que este miércoles 31 iniciaría una nueva parada “técnica” de tres días que durará, en principio, hasta el 2 de septiembre. De retomarse el flujo del gas, este volvería a funcionar al 20% de su capacidad, esto es, 33 millones de metros cúbicos diarios.
Asimismo, el gigante gasista ruso indicó ayer que reducirá sus entregas de gas a la francesa Engie debido a un desacuerdo entre las partes sobre la aplicación de los contratos. Los suministros ya habían menguado significativamente desde el comienzo de la guerra de Ucrania. Engie ha recordado que ya había asegurado los volúmenes necesarios para garantizar el suministro de sus clientes y para sus propias necesidades.
Por otra parte, las reservas de gas de la Unión Europea han alcanzado este miércoles el nivel del 80% marcado por la Comisión Europea en el plan de ahorro energético comunitario. «Los Estados miembros y las empresas han hecho un gran trabajo. Continuemos rellenando el nivel allá donde está más bajo e implementemos los planes para reducir la demanda», ha señalado la comisaria de Energía Kadri Simson, quien ha asegurado que esto permitirá a Europa pasar un «invierno seguro».
Recientemente, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión, anunció una intervención de emergencia y una reforma estructural del mercado eléctrico europeo, que podría contemplar el tope los precios del gas que ya utilizan España o Portugal. Además, Pedro Sánchez y Olaf Scholz han acercado posturas en materia energética y han hecho un frente común por la construcción del gasoducto Midcat, lo que ha hecho que Francia reconsidere su negativa inicial a que el tubo atraviese los Pirineos.