Por otro lado, el beneficio neto ajustado, que mide el rendimiento de los negocios de la segunda mayor petrolera española, ascendió a 472 millones de euros, un retroceso de apenas cinco millones respeto a los 477 millones cosechados entre enero y septiembre de 2024.
El EBITDA ascendió a 1.192 millones de euros, una caída del 19% respecto a los 1.481 millones conseguidos en el ejercicio anterior. En el trimestre, el EBITDA se incrementó un 20%, hasta 459 millones de euros, gracias al aumento de los márgenes de refino y a las elevadas tasas de utilización en su segmento de Energía, que compensaron los peores resultados del segmento de Química.
Por divisiones, el área de Energía registró un EBITDA ajustado de 411 millones de euros en el tercer trimestre del ejercicio. Este dato representa un incremento del 49% con respecto al mismo periodo del año anterior, gracias al aumento de los márgenes de refino (8,9 dólares/barril en el tercer trimestre de 2025 frente a 4,7 dólares/barril en el tercer trimestre de 2024) y una elevada tasa de utilización del 94% en el tercer trimestre de 2025.
La división de Química obtuvo un EBITDA de 31 millones de euros en el tercer trimestre de 2025 (68 millones en el tercer trimestre de 2024), como consecuencia de los «bajos» márgenes del segmento del fenol, mientras que los mercados de LAB se mantuvieron relativamente estables.
El negocio de Exploración y Producción registró un EBITDA ajustado de 61 millones de euros en el tercer trimestre de 2025 (85 millones de euros en el tercer trimestre de 2024), influenciado por el descenso de los precios del petróleo (70 dólares/barril en el tercer trimestre de 2025 frente a 79,7 dólares/barril en el tercer trimestre de 2024).
El flujo de caja de operaciones de este trimestre se situó en 479 millones de euros, un 52% más que en el mismo periodo del año anterior (204 millones de euros). Según la compañía, este dato «evidencia el sólido ratio de conversión de caja de la compañía».
Las inversiones ascendieron a 255 millones de euros (210 millones de euros en el tercer trimestre de 2024), representando las inversiones en transición energética el 54% del total (46% en el tercer trimestre de 2024), impulsadas principalmente por los avances en la construcción de la planta de biocombustibles 2G y la planta de alcohol isopropílico (IPA), ambas situadas en la provincia de Huelva, así como el despliegue en curso de su red de cargadores eléctricos ultrarrápidos en España y Portugal.
Moeve cerró el tercer trimestre de 2025 con una deuda neta de 2.328 millones de euros, 191 millones menos que en el mismo periodo de 2024, y una ratio deuda neta sobre EBITDA de 1,7x. La liquidez al final del tercer trimestre ha sido de 5.519 millones de euros, lo que «subraya el compromiso de la compañía con su política financiera conservadora».
«En el tercer trimestre de 2025, nuestra cartera diversificada y nuestros firmes resultados operativos nos han permitido mantener un flujo de caja resiliente. Seguimos comprometidos con nuestra estrategia ‘Positive Motion’, con especial hincapié en el crecimiento sostenible. Nuestra decisión de asignar más del 50% de las inversiones a la transición energética refleja nuestro enfoque en la asignación de capital y nuestra firme determinación de dar prioridad a iniciativas que impulsen nuestro liderazgo en la transición energética europea. De cara al futuro, seguimos confiando en nuestra capacidad de adaptación, ejecución y creación de valor compartido a largo plazo», ha indicado Marten Weetselaar, consejero delegado de Moeve.
