Son palabras de los expertos de Berenberg, que han alertado en un informe sobre las consecuencias de las negociaciones de paz. Creen que algunas de las exigencias a Kiev, como la entrega de las zonas no ocupadas de la región de Donetsk, la inclusión en su Constitución del compromiso de no unirse a la OTAN y la limitación del tamaño de sus fuerzas armadas a 600.000 efectivos, «podrían ser prácticamente inaceptables para Ucrania».
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Y es que el documento que se ha dado a conocer «se acerca a algunas de las exigencias maximalistas de Rusia», comentan los analistas de la firma germana, que cree que si no hay ningún cambio obligará a Kiev a ceder en una serie de aspectos que podrían ser perjudiciales a largo plazo.
Como ejemplo, en Berenberg comentan que el acuerdo, tal y como se ha planteado, convertiría a Ucrania en un país «vacío de seguridad, amargado e inestable, con muchos ucranianos profundamente decepcionados con Occidente», pero también obligaría a Europa a «gastar aún más en su propia defensa contra una Rusia parcialmente victoriosa».
Asimismo, podría «tensar las relaciones entre Estados Unidos y Europa y debilitar la cohesión de la alianza de la OTAN», al tiempo que profundizaría las divisiones dentro de Europa al «fortalecer a los partidos populistas, en parte pro-Putin, y envalentonar a figuras como el húngaro Viktor Orban». Sin olvidar, remarcan estos estrategas, en que se mandaría un mensaje peligroso a China, al «sugerir que la agresión puede dar sus frutos».
«Un resultado así sería muy favorable para Rusia», y aunque su impacto en la economía y los mercados europeos «probablemente sería limitado, al menos a corto plazo», no se puede obviar que «las consecuencias políticas de un éxito ruso de facto podrían ser más graves», afirman desde Berenberg.
Lo cierto es que el documento no es definitivo y parece que aún está en desarrollo, al calor de las informaciones sobre las reuniones mantenidas este fin de semana, y que siguen este lunes, entre EEUU y Ucrania en Ginebra (Suiza), que hablan de un acercamiento para lograr un «marco de paz actualizado y refinado».
Los líderes ucranianos y europeos están impulsando cambios que podrían hacer que el plan sea «menos inaceptable» para Ucrania, con la idea de lograr un acuerdo que realmente deje a Kiev en un buen lugar. Y es que la fecha límite impuesta por el presidente de EEUU, Donald Trump, para llegar a un acuerdo se acerca (el plazo vence el próximo jueves, 27 de noviembre, día de Acción de Gracias).
Pero en la firma alemana de análisis avisan: «Si no se llega a un acuerdo, el presidente estadounidense Donald Trump podría culpar a Ucrania y a Europa, en lugar de a Rusia, de la guerra en curso».
En cualquier caso, remarcan estos expertos, «si el plan se modifica significativamente, Rusia podría negarse a firmarlo», y «si no se logra un acuerdo aceptable para Kiev, Europa podría intentar intervenir con mayor fuerza con más dinero y armas, lo que podría permitir que Ucrania siga luchando durante un tiempo, incluso sin el apoyo de Estados Unidos».
Además, en EEUU «no todos los republicanos en el Congreso parecen estar dispuestos a abandonar a Ucrania como Trump ha amenazado con hacer si Kiev no firma un acuerdo pronto». Por tanto, aunque la presión sobre Ucrania y Europa «es ahora mucho más intensa», lo cierto, señalan desde la casa germana, es que «sigue siendo posible que la guerra simplemente se prolongue».
De hecho, comentan desde ING, pese a las negociaciones «las casas de apuestas no muestran un aumento significativo en la probabilidad de paz, con una posibilidad del 33% para finales del primer trimestre de 2026, similar a la de este verano, lo que indica cierto escepticismo tras fracasos anteriores» de las conversaciones.
