Su cierre, han alertado los expertos desde que Israel atacó Irán, podría provocar una escalada descontrolada del petróleo. Irán aún no ha respondido al ataque, pero el mayor temor ahora mismo en los mercados es que ponga coto al tráfico del estrecho de Ormuz.

Precisamente, este domingo Goldman Sachs, en una nota, advertía sobre los riesgos para el suministro energético mundial si hay una posible interrupción en el estrecho, que provocaría importantes aumentos en los precios del petróleo y el gas natural.

Según recoge el informe, el banco estima que el crudo de tipo Brent podría alcanzar un máximo de 110 dólares por barril si los flujos de petróleo a través de la importante vía fluvial se redujeran a la mitad durante un mes y se mantuvieran bajos en un 10% durante los siguientes 11 meses.

Entonces, detalla Goldman, los precios se moderarían, con el Brent promediando los 95 dólares por barril en el cuarto trimestre de 2025.

También el banco ha mencionado la posibilidad de que la oferta iraní de crudo se reduzca en unos 1,75 millones de barriles diarios, lo que podría impulsar el crudo Brent a un máximo de alrededor de 90 dólares por barril. En este escenario, apunta Goldman, si se prorroga la interrupción durante seis meses y posteriormente hay una recuperación gradual, el Brent podría impulsarse a un máximo de 90 dólares por barril antes de caer a alrededor de 60 dólares para 2026.

Sin embargo, en un escenario en el que la producción iraní se mantuviese persistentemente baja, el Brent aún podría alcanzar un máximo de 90 dólares, pero estabilizarse entre 70 y 80 dólares en 2026 debido a la reducción de los inventarios y la capacidad excedente global, dice Goldman Sachs.

«Si bien los acontecimientos en Oriente Medio siguen siendo inestables, creemos que los incentivos económicos, incluyendo a Estados Unidos y China, para intentar evitar una interrupción sostenida y de gran magnitud del estrecho de Ormuz serían fuertes», ha apuntado el banco.

Cabe destacar que EEUU, tras su ataque sobre instalaciones nucleares iraníes, pidió a China que intervenga y disuada a Irán de cerrar la vía fluvial, un paso estratégico para el petróleo. El Consejo Supremo de Seguridad Nacional iraní debe tomar la decisión final sobre el cierre del estrecho de Ormuz, una medida que respalda el Parlamento, ha informado la cadena iraní Press TV.

Sin embargo, el optimismo no ha abandonado al mercado, y cada vez son más los que esperan que Teherán acabará por evitar el cierre del estrecho. «Muchos se mantienen optimistas respecto a que Irán evitará una represalia a gran escala y el caos regional, para evitar que sus propias instalaciones petroleras se conviertan en objetivos y para evitar un conflicto que se amplíe y que podría perjudicar a China, su mayor cliente de petróleo. Por ello, algunos piensan, y se aprovechan de la idea, de que la amenaza de interrupción del comercio petrolero no se materializará«, dice Ipek Ozkardeskaya, analista sénior en Swissquote Bank.

De momento el petróleo sigue fluyendo a través del estrecho, lo que Ozkardeskaya cree que podría explicar «la discreta reacción del mercado» a la noticia del ataque estadounidense. Pero si la situación se complica e Irán toma represalias que interrumpan los flujos mundiales de petróleo y gas, el precio del crudo estadounidense «podría dispararse» por encima de los 100 puntos básicos. En cualquier caso, recuerda esta experta, «se necesitarían entre unos días y algunas semanas para interrumpir significativamente los flujos mundiales de petróleo, y un Irán debilitado, si no le quedan otras opciones, aún podría seguir ese camino».

Y en Bankinter también comentan la reacción del precio del petróleo es limitada «porque el cierre completo del estrecho de Ormuz todavía no se ha materializado». Para los expertos del banco, si se confirma, «podría suponer un ascenso del precio del petróleo», aunque en cualquier caso «sería una subida puntual».

«La realidad es que Irán en los últimos años ha reducido su capacidad de influencia en los mercados de petróleo. Se ve afectado por sanciones internacionales, sobre todo de Estados Unidos y Europa por su programa nuclear, lo que limita sus ventas», recuerdan los analistas de Bankinter. Su escenario central contempla un ascenso moderado del petróleo, pero puntual. Y es que a medio/largo plazo «debería reducirse progresivamente por desaceleración de la economía (aranceles y debilidad china), auge de las energías limpias y mayor eficiencia energética, lo que reduce la necesidad de petróleo».

En su opinión, el aumento de la volatilidad «es un argumento adicional para no recomendar tomar posiciones en el sector», dicen, y estiman que el Brent cerrará 2025 en 68 dólares y 2026 en 65 dólares. Para el West Texas, su previsión es que se sitúe en 65 dólares en 2025 y en 62 dólares en 2026.

INTERRUPCIÓN DEL GAS

Sobre el gas natural, en su nota Goldman también proyecta que los mercados europeos, incluido el índice de referencia TTF, incorporarán una mayor probabilidad de interrupción, con un posible aumento del TTF cercano a los 74 euros por megavatio-hora (25 dólares/MMBtu).

No obstante, el banco ha apuntado que los precios del gas natural en EEUU sufrirían un impacto limitado debido a factores estructurales como la sólida capacidad de exportación y las mínimas necesidades de importación de GNL a nivel nacional.

Por tradeo