Mientras, la deuda de los hogares aumentó desde los 688.000 millones de euros en marzo de 2024 hasta los 701.000 millones de euros en el primer trimestre de 2025. No obstante, en términos relativos al PIB, se redujo desde el 45,3% hasta situarse en el 43,5%, lo que representa el valor mínimo desde el primer trimestre del año 2000.
Según concreta el organismo, los activos financieros se situaron en el primer trimestre de 2025 en un importe total de 3,171 billones de euros, un 6,6% superior al registrado un año antes.
Este aumento reflejó una revalorización de 109.400 millones de euros y una adquisición neta de activos financieros de 87.200 millones de euros acumuladas desde finales del primer trimestre de 2024.
Por instrumentos financieros, la revalorización de activos se concentró en gran medida en las participaciones en el capital. En la adquisición neta de activos destacaron las participaciones en fondos de inversión y los depósitos. El aumento de los activos financieros fue mayor que el del PIB, por lo que la ratio entre ambos aumentó en 1 punto porcentual, hasta el 196,7%.
En cuanto a la distribución por componentes, el grueso de los activos financieros de los hogares se mantuvo en efectivo y depósitos (34,9% del total), seguido de participaciones en el capital (31,4%), participaciones en fondos de inversión (16,6%) y seguros y fondos de pensiones (12%).
Las participaciones en fondos de inversión fue el instrumento que más incrementó su peso en los activos financieros de los hogares (1 punto porcentual más que un año antes), debido principalmente a las inversiones netas y en menor medida a su revalorización. En sentido contrario, el peso del efectivo y los depósitos se redujo casi 1 punto porcentual, a pesar de las operaciones netas positivas en depósitos a plazo y transferibles.
