La compañía ha firmado con la Oficina Federal Alemana de Equipos, Tecnología de la Información y Soporte en Servicio de las Fuerzas Armadas (BAAINBw) un contrato de suministro y soporte en garantía financiado dentro del programa de inversiones de seguridad de la OTAN (NSIP).
Su tecnología garantiza la máxima resiliencia y disponibilidad, permite gestionar información clasificada y reforzará las capacidades de un centro de máximo nivel. Además, forma parte de la estructura de mando aéreo de la OTAN y del Sistema Integrado de Defensa Aérea y Antimisil (NATINAMDS). Desde sus instalaciones se dirigen las operaciones áreas que la Alianza lleva a cabo en el centro y norte de Europa, incluyendo las misiones en los países Bálticos.
El director de Defensa Aeroespacial y Bases Aéreas de Indra, Francisco Jiménez, ha afirmado que “es un orgullo trabajar con Alemania, en nombre de la Alianza Atlántica, para contribuir con nuestra tecnología a proteger y reforzar la seguridad en nuestro continente. Los sistemas de Indra, que siempre responden cuando hay que llevar a cabo una misión crítica como ésta, cumplen con los requisitos de los clientes más exigentes”.
Concretamente, los sistemas de comunicaciones de voz (VCS) facilitarán la dirección y control de las operaciones aéreas del centro de la OTAN en Alemania, así como la coordinación con otros centros de mando y control aéreos nacionales de los países aliados. Para ello, cuentan con una arquitectura extremadamente robusta, que garantiza el máximo nivel de fiabilidad, mantenibilidad y disponibilidad en su operación continua.
Basada en Voz sobre IP (VoIP), la solución está pensada para recuperarse ante cualquier fallo o ataque a cualquiera de sus nodos, asegurándose en todo momento la operatividad del centro. Asimismo, cumple con los estándares EUROCAE y los requisitos de seguridad OTAN para gestionar entornos seguros en donde se maneja de forma diferenciada información clasificada y no clasificada (Rojo/Negro).
El nuevo sistema de comunicaciones digitales supone la evolución del que actualmente está en operación en centros de mando y control aéreo de distintos países, entre ellos, el Mando Aéreo de Combate del Ejército del Aire español. Su elección como programa para implantarse en el centro de mando de la OTAN demuestra su capacidad para facilitar operaciones aéreas de máxima complejidad, en las que intervienen unidades de múltiples países, potencialmente en dominios diferentes.